ELEGIR A DEDO
Querida Olvido:
Todo por un simple dedo. Puta y zorra te llamaron, ya ves, aquellos cuya indigencia mental les lleva a desconocer el significado real de ambas palabras. Ninguna de las dos se te puede aplicar: la primera porque no comerciaste con nada y la segunda porque ni siquiera tuviste la astucia de olfatear a tu presunto enemigo teniéndolo tan cerca. Pero errar es humano, ni siquiera eso se te puede objetar.
Has tenido un desliz, eso es cierto. Y no me refiero al video, sino al error de precipitar un amago de dimisión sólo porque te derrumbaste ante las plañideras que lanzaban espumarajos, incapaces de admitir que sus representantes políticos gocen de su sexualidad. Menos mal que recapacitaste. Ya has comprobado que la estupidez no conoce de izquierdas ni de derechas. Puta y zorra te gritaron en el Pleno, no lo olvidemos. Los mismos que parecen haber olvidado ese aforismo que afirma que cuando te señalan con un dedo los otros tres apuntan hacia ellos. Puta y zorra, vocearon mujeres que, o bien no hacen dedo y esa energía indómita y natural la queman jodiendo al prójimo o, si lo hacen, emplean con toda seguridad dos o tres o hasta donde les dé el asunto. Puta y zorra, gritaron hombres que olvidan que si tú utilizaste un dedo, ellos usan los cinco. Con la sana excepción de quienes emplean alguno más por salva sea la parte. Pero no me hagan señalar.
Haz honor a tu nombre y olvídalo todo. La difícil tarea que tú y tu familia tenéis por delante es mucho más importante y delicada. Recuperar la confianza en vez de una honra que nunca perdiste. En cuanto a esa panda de analfabetos emocionales que aportan escandalizados madera para tu hoguera al mismo tiempo que aplauden babeantes las gracias de otros políticos que se trajinan no solamente lo suyo sino también lo de los demás, déjame decirles que si tengo que decidir entre eso o el derecho de una señora –que por cierto está estupenda- a ejercer libremente su sexualidad, elijo lo segundo. Y lo elijo porque sí. O sea, a dedo.
Pero cuanta razón tienes,en los tiempos que corren y que se escandalicen por esas cosa.
Vivimos en un país lleno de hipocresía.